miércoles, 25 de noviembre de 2009
GOTAS DE AGUA
Enumero horas, días, los juegos de luna, esa luz brillante del puente, la tierra se hunde, se dobla entre horas negras.
Los cuerpos son de arena, las sombras tienen brazos ceñidos, las gotas de agua se Van desvaneciendo, y debajo de esas caras largas, el ruido se hace mas agudo.
luego mi soledad toca fondo, no quiero mirarme, no quiero tocar mi cabello, ni contar mis pasos, luego el viento se derrite entre mis manos, mientras sueño paraísos distorsionados, movimientos engañosos y espíritus que germinan desde los huecos.
Anudo mis agujetas, encuentro mi memoria, pero no la quiero, no me hace falta, anunciare tu presencia, no tengo miedo, festejare con vino tinto y me burlare de ti, tal vez pierda una vida entera en cosas innecesarias, pero he encontrado una solución a mi locura.
GABRIELA MARQUEZ
ABRAZANDO LAS HORAS
viajo vagamente entre tu boca, entre tus dedos, ausentándome del mundo entero, la noche se aleja, mi carne se agita, pero no puedo moverme, solo miradas, miradas desérticas y olvidadas de la cordura, estrellas desconocidas y una que otra nube que se diluye en el cielo, irremediablemente persigo recuerdos, recuerdos y algunas migajas de vida.
un beso suspendido se ha quedado en mi mente y no puedo sacarlo de hay, luego tus ojos, tus ojos se desbordan en mi, un delicioso silencio me invade, quiero gritar, ausentarme del mundo, quiero soñar, abrir y cerrar los ojos, pacientemente me encuentro entre tu cuerpo, abrazando las horas, me empeño en que esto no termine, abandono mi cuerpo, solo queda mi mente, respiro muchas veces, me despido de los días, el silencio me invade, me lleno de ti y arranco el calendario mientras me olvido del tiempo.
GABRIELA MARQUEZ
VIEJOS RECUERDOS
como pasan los días y yo, bajo extrañas miradas que polulan por pequeños corredores y escucho entre el viento la urbe de este celestial infierno, aspiro el humo de un cigarro consumido por viejos recuerdos, parece un sueño que ha pasado a través de mis tuberculosos pulmones sin detenerse.
carne podrida que alimenta recuerdos tristes siento que un abismo fúnebre de las entrañas del mundo se viene encima, hasta esos perros que ladran y se alimentan de flores secas se han asqueado de tu asquerosa ser.
mis pupilas se dilatan, surge un celestial y enfermo veneno que fluye por los huesos, tanta gente en movimiento, como pasan los días y yo bajo extrañas miradas que fastidian, escucho mi esqueleto crujir tras ese polvoriento cementerio donde no existe nada.
mis pupilas se dilatan y aspiro el humo de una vida sin sentido, las noches son largas, fúnebres y extrañas ¡ tal vez!
como pasan los días y yo removiendo viejos recuerdos que no me llevan a ningún lugar.
BLANCO Y NEGRO
Un mundo blanco y negro a veces gris, que se entrelaza en esta pobre vida amarga, desbordando placer y miseria.
Un mundo que duerme tan rapidamente que no tiene tiempo para soñar, un mundo de cabeza donde se entrelazan cuerpos tibios y polvo suave de la vida no les sonrie, un par de mentes en movimiento anhelando el ritmo fuerte de sus ilusiones infinitas, un deseo que cultiva sin freno las dulces amapolas de los prados, una tormenta cristalina y misteriosa que llena de preguntas nuestros cuerpos sangrantes y desgastados
Un mundo sin sentido acondicionado para la vida, la vejez y la muerte, morir de regocijo, de placer o mirar nuestra propia destrucción que se extiende tan escalofriante en un profundo vacio y golpear paredes color de rojo, dando vueltas interminablemente en torno de un gran aislamiento.
Sentir la desgracia, la agonia, como nunca, en la vida nauseabunda e insatisfecha, sentir que el rostro te estalla repentinamente y estar en el unico circo donde la gente no conoce la risa y lloran porque se estan interpretando asi mismos
GABRIELA MARQUEZ
FRANKENSTEIN LA PRIMERA PELICULA DE TERROR
El cine de terror nació junto con el mismo cine: los Hermanos Lumière grabaron en 1896 la cinta "L'arrivée d'un train à La Ciotat" (La llegada del tren). En esta película, como su nombre indica, únicamente se mostraba la llegada de un tren; sólo que, dado que el cine era un invento desconocido para la mayoría de los espectadores, éstos creían que el tren se iba a salir literalmente de la pantalla para arrollarlos; los primeros espectadores de la cinta gritaban y escapaban de la sala aterrorizados.
Lon Chaney en El fantasma de la ópera (1925)Pero la primera película deliberada de terror fue realizada en 1910 por J. Searle Dawley, para los Edison Studios se trató de la primera adaptación del mito de Frankenstein. En esta época del cine mudo aparecieron otras películas que aun hoy ponen los pelos de punta, como El Golem (Paul Wegener, 1915), El jorobado de Notre-Dame (Wallace Worsley, 1923) o El fantasma de la ópera (Rupert Julian, 1925).
El siglo XX conoció, pues, desde muy pronto excelentes cultivadores del miedo. Quizá el director más importante de esta primera época sea el alemán F. W. Murnau (1889-1931), responsable de la lóbrega y expresionista Nosferatu, el vampiro (1922), película basada en el Drácula de Bram Stoker. (Dentro del cine expresionista, véase también Fritz Lang — El testamento del doctor Mabuse, M, el vampiro de Düsseldorf— y El gabinete del doctor Caligari.) El famoso vampiro transilvano ha conocido decenas de versiones a lo largo del siglo XX. Son destacables la neogótica (basada en Murnau: como en la película de éste, los dientes largos del vampiro no son los colmillos, sino los incisivos) Nosferatu, vampiro de la noche, a cargo del alemán Werner Herzog (1979), y la espectacular puesta en escena de la película Drácula de Bram Stoker (1992) del norteamericano Francis Ford Coppola.
En los años 1930 dominó el cine de monstruos. Se produjeron obras maestras -según gran parte de la crítica, nunca superadas- del género como El doctor Frankenstein (de James Whale, 1931), La parada de los monstruos (de Tod Browning, 1932) y la muy alabada King Kong (de Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack, 1933).
Obtuvieron asimismo un éxito espectacular el director Rouben Mamoulian con Dr. Jekyll y Mr. Hyde, de 1931, y Michael Curtiz con Los crímenes del museo, de 1933, película oscurecida por su remake Los crímenes del museo de cera (1953), de André de Toth.
La productora Universal se adentró en los años 40 con El hombre lobo (1941), la película más influyente sobre el tema. En esta década, Universal produjo también secuelas de Frankenstein. La compañía RKO Radio Pictures produjo que ya había producido el citado "King Kong" realizó convincentes películas de terror, como La mujer pantera, de Jacques Tourneur (1942), Yo anduve con un zombie (Tourneur, 1943) y The Body Snatcher (Don Siegel, 1956), esta última basada en el relato de Jack Finney. Otro hito del cine de terror de los 49 es Ladrones de cadáveres, basada en un relato de Robert Louis Stevenson
TERROR COMICO
No todo el mundo encuentra divertidos a los payasos, con su enorme nariz roja y su rostro oculto por abundante maquillaje. De hecho la coulrofobia o miedo a los payasos es mucho más común de lo que pensamos. Sobre todo entre los más pequeños, según revela una reciente investigación realizada en Gran Bretaña.
Tras estudiar a más de 200 pacientes de pediatría, el investigador Pal Salkovskis, del Hospital Maudsley de Londres, ha llegado a la conclusión de que las salas de hospital decoradas con imágenes de payasos asustan a los niños. Y aunque es evidente que entre los adultos el séptimo arte ha contribuido a asociar a los payasos con una sensación de terror a través de películas como Eso (It, de Stephen King, 1990), Salkovskis cree que este temor infantil tiene que ver con lo poco corriente que resulta ver a estos personajes.
"Normalmente las personas sentimos miedo hacia cosas que son incorrectas en algún sentido, que nos desconciertan”, explica el investigador. “Somos sensibles a las cosas extraordinarias, especialmente durante los primeros años de vida”, añade Salkovskis, que asegura que esta situación se agrava cuando el niño está fuera de su hogar, en un centro de salud.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)